El Efecto Joule tiene diversas aplicaciones en calefacción, conocidos todos ellos como sistemas de calefacción eléctricos. A pesar de que todos los sistemas funcionan mediante el mismo principio, hay notables diferencias con respecto a la forma en la que se difunde el calor. De hecho, los sistemas existentes de calefacción se pueden dividir en sistemas de convección y sistemas de radiación.
Sistemas de Convección
La convección se basa en el calentamiento del aire de una estancia. Este aire cambiará de densidad, ascendiendo y haciendo a su vez descender el aire más frío, que se calentará a su vez al descender. De esta forma se crea un ciclo que acaba conllevando una climatización de la estancia. A su vez, también existen distinciones con respecto a los sistemas que utilizan la convección:
- Convección natural: Es una fuente de calor a través de una resistencia, en forma de panel o de cable retorcido. Es un sistema lento que crea corrientes ascendientes de aire para la convección. También es importante mencionar que las corrientes de aire que se generan hacen que el polvo de la estancia se queme en la resistencia, dejando en ocasiones una mancha negruzca en la pared.
- Convección con inercia: Son radiadores eléctricos en los que la resistencia interna está sumergida en un fluido (como aceite). Al calentarse el aceite calienta el radiador, y este calienta la estancia. Tarda en arrancar, pero calienta bien las estancias.
- Convección forzada: Son los calefactores o termoventiladores. Estos sistemas hacen pasar aire a través de las resistencias expulsando aire caliente. Estos sistemas son más rápidos calentando las estancias, pero también tienen un consumo elevado.
Sistemas de radiación
Estos sistemas de emisión de calor calientan mediante radiación electromagnética los objetos que se encuentran cerca de las fuentes de emisión. La ventaja de estos sistemas es que no consumen una gran cantidad de energía, pero si no nos colocamos en la trayectoria del calor irradiado es posible que nuestra sensación térmica sea de frío, ya que no calientan la estancia igual de bien que los sistemas eficientes de convección.
A este tipo de estufas que se iluminan con una luz rojiza se la llama también calefacción infrarroja de onda corta. Existe también una calefacción infrarroja de onda larga, que difunfunde el calor de una forma menos directa.
Esta radicación no genera ningún tipo de problema en la salud, a excepción de las quemaduras o el envejecimiento de la piel si nos acercamos demasiado a los focos intensos de calor.
Deja tu comentario